Esta es una historia que comienza en Islandia en el año 2008, cuando el gobierno islandés nacionalizó el principal banco del país, se desplomó la moneda, y el estado entró en bancarrota. Ante la situación los ciudadanos se movilizan y se niegan a seguir las directrices del gobierno, consiguiendo su dimisión en bloque y llevar a su presidente y a los banqueros ante los tribunales para que respondan de su gestión. Actualmente hay 25 cuidadanos sin filiación política, elegidos democráticamente, trabajando para una nueva Constitución.
Pero en España ni nos hemos enterado, únicamente se podían conseguir fragmentos de información en internet. No les interesaba a los amos de nuestro estado que "sus" medios publicaran unos acontecimientos tan peligrosos para ellos, no fuera a ser que los ciudadanos se concienciasen y cundiera el ejemplo. Felizmente nos vamos despertando por fín.
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